El siglo XXI ha sido testigo de un fenómeno fascinante: un auge sin precedentes en la búsqueda de la espiritualidad. Lejos de ser una moda pasajera, esta tendencia refleja un cambio profundo en la conciencia colectiva, impulsado por una combinación de factores sociales, psicológicos y tecnológicos. Desde un punto de vista social, podríamos decir que la globalización y la interconexión han expuesto a las personas a una diversidad de tradiciones espirituales y filosóficas como nunca antes. Esto ha generado una especie de "mercado espiritual" donde individuos buscan respuestas más allá de las estructuras religiosas tradicionales, a menudo combinando elementos de distintas culturas o creando enfoques personalizados. Psicológicamente, el ritmo acelerado de la vida contemporánea, junto con las presiones de la tecnología y la información constante, parece haber dejado a muchos con una sensación de vacío o desconexión. La espiritualidad, ya sea a través de la meditación, el mindfulne...